sábado, 5 de junio de 2010

Los olvidados de Dios.

"Las fábulas clásicas tienen figuras arquetípicas: héroes, víctimas, mártires, guerreros. Los pacientes nerviosos son todas estas cosas... y en los extraños relatos que se cuentan aquí son también algo más. ¿En qué categoría emplazaríamos, en esos términos míticos o metafóricos, al 'marinero perdido', o a los otros extraños personajes de este libro? Podemos decir que son viajeros que viajan por tierras inconcebibles... tierras de las que si no fuese por ellos no tendríamos idea ni concepción alguna"

El marinero perdido era Jimmie G.,que padece el conocido como síndrome de Korsakoff, esto es , la incapacidad de recordar los hechos mas recientes de su vida, quedando su memoria atascada en una fecha de la que no puede salir, y muy lejana en el tiempo, donde para él, se paró el mundo y la vida.

Jimmie G. es uno mas, de los cerca de 20 casos que nos presenta OLIVER SACKS en su obra El Hombre que confundió a su mujer con un Sombrero. Aunque es un libro realmente duro, se lee como una novela, ya que presenta una serie de historias clínicas, a cual más desoladora y desconcertante. Es como una visión al abismo de la mente humana, de la que ciertamente no sabemos nada, pero se empieza a vislumbrar, remotamente, su funcionamiento.La casuística del libro, deja sin aliento, enfermedades que aunque raras, están presentes en nuestra sociedad,y que, lejos de la locura, presentan estados terriblemente inconcebibles pero no imposibles : un día te levantas de la cama escuchando nítidamente una canción, pero solo la oyes tu pues está en tu cabeza, un ciego con alucinaciones en colores, un hombre que con una clara visión no procesa la información de aquello que ve y confunde a su mujer con un sombrero. Un joven convencido de que su pierna no es suya, la mujer que sólo percibe la mitad de las cosas, o los autistas que se comunican mediante números primos y solo perciben el mundo como números, resultando idiotas para todo lo demás, el caso de los sabios idiotas, dos hermanos retrasados sin ninguna capacidad para el razonamiento, pero capaces de determinar el día de la semana de fechas en el pasado o en el futuro con extrema rapidez, cuenta Oliver Sacks, que en una charla con ellos una caja de cerillas cayó al suelo y rápidamente ambos dijeron. 111, que eran las cerillas contenidas en la caja,veían los numeros, su cerebro solo trabajaba como una estructura matemática, pero era incapaz de expresar conceptos, sentimientos o realizar ninguna abstracción… La vuelta a vivencias y conductas ya vividas en tiempos remotos y olvidados. Especial es el caso de la joven que tras una infección perdió el sentido de la propiocepción, esto es, la percepción de nuestro propio cuerpo, saber que las piernas nos responden, la voz, las manos… Christina se despertó sin sentir el cuerpo como suyo, y por lo tanto sin capacidad de movimientos ni de habla, pues ninguno de sus miembros era sentido como tal, aunque era consciente de que tenia manos no sabia donde encontrarlas, ni sabia donde estaban sus piernas.. estaba descarnada, algo parecido (desde lejos, claro) a cuando se duerme un brazo o una pierna.

Caso que al final fue parcialmente recuperable, no ocurre así con muchos de los historiales contados, pues realmente, a pesar de los viajes espaciales, conocer el mundo microscópico, el subatómico o el hiperespacio.. el agujero negro real sigue siendo nuestro cerebro y su forma de actuar, sus interrelaciones, su estructuración… Gracias al estudio de estos enfermos podemos vislumbrar cuanto desconocemos aún,y los tristes parajes, los desolados territorios por los que vagan estas almas que como dice Oliver Sacks, parecen los olvidados de dios.

Oliver Sacks apunta la recuperación muy paracial y la esperanza para estas personas a través de la expresión artística, como la pintura o el dibujo, la música, o incluso paradójicamente, la participación en actos religiosos…Los casos están descritos con gran sensibilidad, gran respeto a sus pacientes y una gran humanidad, además de mucho cariño.

Oliver Sacks (1933), profesor de neurología y neurólogo de consulta en el hospital de las hermanitas de los pobres de Nueva York, se dio a conocer al gran publico con la pelicula Despertares ( con Robert de Niro y Robin williams), basada en uno de sus libros.

En fin, un libro para leer, asombrarse y tener esperanzas, total, la genética (otra gran herramienta) sólo tiene un siglo y ya se ha descifrado el mapa del genoma.

Ya te digo.

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